lunes, 19 de mayo de 2014

La revolución empieza en la casa

Hoy, después de un tiempo, vuelvo a escribir en este espacio para contarles de mis experiencias educando en alimentación y hablarles de temas de nutrición y sustentabilidad que deberían de empezar a interesarnos a todos los habitantes de nuestro planeta Tierra.

En la mayoría de los casos, por lo general, estamos esperando siempre que todas las soluciones a nuestros problemas caigan del cielo o que simplemente el problema se solucione por arte de magia. Esto, no ocurre en la vida real. Las soluciones debemos proponerlas nosotros y no pensar en grandes cosas que no se encuentran a nuestro alcance, sino empezar "por casa".

La obesidad sigue aumentando. Los niños son los más afectados. Los adultos somos los culpables. El sistema es el culpable. Es hora de levantarnos, preocuparnos por la salud de las futuras generaciones y revolucionar! Puede que la palabra revolución suene como "fuerte", sin embargo para revolucionar no hace falta salir a las calles con cacerolas y verduras a reclamar. Empecemos a cocinar en la casa, a enseñar a nuestros niños de dónde provienen los alimentos, a hacerles probar diferentes sabores, a involucrarlos en el proceso de preparación de una comida casera, a realizar la compra con ellos al menos una vez al mes y aprovechar esta instancia para enseñarles a leer etiquetas, a realizar una compra responsable, empecemos a EDUCAR! Eso es revolucionar.

El rol que cumple la familia en la formación de hábitos alimentarios saludables de un niño es fundamental. Si bien la escuela, es también un escenario propicio para realizar actividades de promoción de salud, es en la casa en donde los niños realmente forman estos hábitos. 



El sistema actual, que nos absorbe todos los días y nos hace seguir patrones de consumo que terminan convirtiendonos en personas demandantes, siempre buscando "lo nuevo", o algún producto que por fin contenga la fórmula mágica para acabar con este mal es un sistema es poderoso, las empresas son poderosas, el marketing de alimentos es más poderoso aún y en su mayoría es marketing dirigido a los niños, pero...no todo está perdido. Si EDUCAMOS a nuestros niños a consumir de manera responsable, ellos tendrían la capacidad de elegir entre un alimento no saludable y uno saludable por ejemplo. Como siempre digo, creo que en este tema alimentario hay una sóla palabra clave y es EDUCACIÓN. Educar con el ejemplo. Pero no les propongo educación aburrida, antigua, a través de charlas magistrales a las cuales uno va y al salir sólo retuvo el 10% (con suerte) de lo que se dijo, sino educación utilizando métodos innovadores y participativos. Es por eso que hace un tiempo vengo promocionando y también realizando talleres de cocina saludable. Si bien estos son con adultos (por ahora), los resultados han sido satisfactorios. Está claro que las personas que ponen en práctica lo aprendido tienen mucha más probabilidad de incorporar ese conocimiento a su vida cotidiana y de que lo mantengan en el tiempo. 

Entonces, en esta lucha contra la obesidad les invito a salir del esquema, investigar, innovar y poner en práctica actividades de promoción de una alimentación saludable desde la casa. Es el primer paso a la solución que todos estamos buscando hace tiempo. Les invito a disminuir la cantidad de productos procesados en la casa, a utilizar más verduras al cocinar y a consumir frutas diariamente, les invito a dedicarle tiempo a la planificación de la alimentación del hogar y a ponerle un poco más de atención al combustible que estamos administrando a nuestro cuerpo. La revolución empieza en casa! :D